miércoles, 19 de octubre de 2016

COMO ESTAR A DIETA Y NO MORIR EN EL INTENTO


Cuando estamos a dieta es muy fácil caer en tentaciones, siempre hay algo en la alacena que nos provoca y nos incita a “pecar”  las chuches de los niños, la crema de chocolate para untar, las galletas, cosas que no podemos comer pero que tenemos que tener porque la familia no tiene que pagar las consecuencias de que nosotras estemos a dieta, se trata de echar mano de la fuerza de voluntad y pasar de largo como si eso no fuera con nosotras, sé que cuesta, sobre todo esos días que nos comeríamos un caballo, pero la mente es poderosa y  el secreto es visualizar como queremos vernos y tener muy claro que dejándonos llegar no vamos a conseguir nuestro objetivo

Pero que pasa los días de celebración, o los días que salimos a comer fuera?
Esos días la gente de nuestro entorno suele insistir en que comamos, “que por un día no pasa nada”, “que no se va a notar”, incluso bromean con que “ellos no se lo van a decir a nadie”, y por regla general acabamos cediendo a la presión y “pecamos”

Vale, como todo está en nuestra cabeza lo más importante es salir mentalizad@s, si, ya se, que a veces por mentalizado que salgas acabas sucumbiendo a la tentación, pero vale la pena intentarlo

Lo primero es  no tomar esa salida como una prueba insuperable, no hay obstáculos insalvables, nosotr@s mism@s los vemos así (incluso a veces vemos la salida como una oportunidad de salirnos del camino, ósea inconscientemente queremos pecar, y eso es lo que debemos evitar)
Tenemos que estar fuertes y convencid@s de que podemos seguir nuestro plan de dieta a pesar de todo.
 Estamos siguiendo un método de adelgazamiento, lo que no quiere decir que no podamos disfrutar de una comida familiar, pero sí que tenemos nuestras limitaciones y podemos adaptarnos a esa comida siguiendo solo unas pautas.
En un restaurante suelen tener brasas por lo que un buen filete, un buen pescado a la brasa acompañados de unas verduras también a la brasa o a la plancha o una buena ensalada  es una muy buena opción, el marisco es otra buenísima opción.  

Si el evento al que asistimos nos presenta un menú cerrado y no tenemos más remedio que comer… hay quien diría que comamos en casa y así a la hora de comer solo picoteamos algo y así no pecamos,  (muchas veces con esa actitud provocamos preguntas incomodas) yo personalmente prefiero adaptarme a lo que haya…
Suelen poner ensaladas, cosas de picar, un plato principal y un postre, bien, la ensalada no es problema, el picoteo es otro cantar, siempre podemos optar por algún pincho con proteína, evitando el pan si lo lleva , o podemos colocarnos al lado del plato del jamón y como el que no quiere la cosas ir picoteando, el caso es picar algo para no tirarnos luego como lob@s al plato principal... Suele ser carne o pescado… si es a la brasa no hay problema, si es con algún tipo de salsa lo que haremos será comernos la proteína y dejar la salsa, por supuesto si la guarnición son patatas fritas no las miraremos, y a la hora del postre nos conformaremos con un café o una infusión,  lo peor viene después, es la hora de las copas y es difícil y complicado andar con agua con gas o una coca- cola,  pero se puede, recordad que todo está en nuestra mente…(ya sé que es difícil, pero también sé que querer es poder y desde luego, se puede...)

Si a pesar de nuestra buena voluntad hemos acabado cediendo a la tentación, lo que no haremos será flagelarnos ni tonterías como hacer un día de ayuno, o pasarnos el día a base de yogures.
Cogeremos el toro por los cuernos, y volveremos a nuestra rutina diaria, somos adult@s y hemos pecado porque hemos querido así que no valen lamentaciones ni excusas…
Hemos tropezado sí, pero nos levantamos, nos sacudimos y volvemos a la carga, no por haber tropezado hay que dejar el camino, lo que hay que hacer es tener cuidado para no volver a tropezar






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